La ingesta de algunos medicamentos para tratar alteraciones cardíacas como “Furosemida” o “Hidroclorotiazida”, por ejemplo, pueden fomentar la producción de orina por los riñones.
¿Qué hacer?: Es importante que el aumento de la frecuencia urinaria por el uso de medicamentos esté supervisado por el médico, ya que de esta forma se tendrá un control y la posibilidad de sustituir el medicamento o cambiar la dosis.
3. Diabetes
La necesidad de orinar frecuentemente también puede suceder debido al exceso de azúcar en la sangre, causada por una diabetes mal controlada. Esto, ya que una gran cantidad de glucosa en la sangre hace que el organismo necesite eliminar este exceso por medio de la orina.
El diagnóstico de la diabetes se realiza a través de un examen de orina, pero también por medio de un análisis de sangre, donde se evalúa la cantidad de glucosa circulante.
¿Qué hacer?: en caso de comprobar que el aumento de las ganas de orinar se debe a una diabetes, es fundamental continuar con el tratamiento prescrito por el médico, el cual puede indicar el uso de medicamentos que ayuden a regular los niveles de glucosa en la sangre, inyecciones de insulina y/o cambios profundos en la alimentación y el estilo de vida.
4. Incontinencia urinaria
La incontinencia urinaria sucede cuando no se logra retener la orina, ya que la persona no consigue cerrar los esfínteres antes de llegar al baño, mojando su ropa. Aunque puede suceder en hombres, la incontinencia es más frecuente en las mujeres, especialmente durante el embarazo o después de la menopausia.
¿Qué hacer?: el tratamiento para la incontinencia urinaria puede realizarse por medio de ejercicios de Kegel, que tienen como objetivo el fortalecimiento de los músculos del suelo pélvico, no obstante, en algunos casos puede ser necesario la realización de una cirugía.