Masha guarda silencio, sabiendo que su madre no la entenderá.
En la URSS, todos hacían su trabajo, el personal era numeroso y ahora a cada empleado se le asignan responsabilidades de tres.
Es bueno que Masha no tenga hijos. Sus colegas y sus hijos están en las últimas: les dan tareas para el hogar en el jardín de infantes y tienen que sentarse con los niños en la escuela.
¿Por qué mamá no se cansaba del trabajo duro? ¿De dónde sacó su fuerza?
La respuesta es simple: durante los años soviéticos, la sociedad construyó un futuro brillante, todos lucharon por ese futuro. Y ahora las noticias están llenas de crisis y crisis.
Ayer la comida costaba una cosa, hoy cuesta el doble. Corres, pero es como si estuvieras quieto, incluso retrocediendo. ¿Dónde conseguir fuerza? ¿Cómo planificar para los niños?
Y si no hay apoyo cerca, solo alguien que presione todo el tiempo…
Olga empezó a insinuarle a Masha que había ganado peso. “¡Necesitamos movernos más, cuando yo tenía tu edad iba a aeróbic con las chicas y a la piscina!”
Pero estos consejos no le ayudarán a perder peso, sólo le permitirán consumir más energía.
“¿Quizás deberías ver a un endocrinólogo? ¡Inscribirse!” – sugiere la madre.
Pero cuando su madre se fue por un mes, Masha sintió una oleada de fuerzas. Limpiaba, cocinaba y se ponía a trabajar con mucho gusto. Llegaron unos amigos y ella caminó con ellos hasta altas horas de la noche. Por la mañana, como un pepino.
Tan pronto como la madre regresó con sus consejos y condenas, las fuerzas volvieron a desaparecer. Era como si el cerebro no tuviera suficiente oxígeno.
“¿De qué crees que se cansan las mujeres modernas?” – pregunta Masha.