La vitamina B12 es un elemento esencial para el funcionamiento normal de la sangre, del sistema nervioso e incluso del ADN. Si no hay suficiente, la circulación sanguínea se deteriora, lo que conduce a la aparición de surcos en las uñas.
Los veganos y las personas con enfermedades intestinales como la enfermedad de Crohn corren el riesgo de sufrir deficiencia de vitamina B12. También pueden encontrar este problema quienes toman medicamentos que interfieren con su absorción. La fatiga, el hormigueo en los dedos y el olvido son signos adicionales de deficiencia de B12.
Los suplementos de metilcobalamina o levadura nutricional pueden ayudar, pero asegúrese de consultar con su médico antes de tomarlos. Las uñas no sólo se “quejan”, sino que piden atención.
3. Problemas de tiroides: las hormonas están fallando
La glándula tiroides es un órgano importante que regula el metabolismo, el intercambio de calor y el crecimiento de las uñas. Si la glándula tiroides se “duerme” (es decir, hipotiroidismo), las uñas se vuelven secas, quebradizas y aparecen rayas. También pueden aparecer problemas en la piel, pérdida de cabello, aumento de peso y fatiga.
Las razones pueden ser diferentes: falta de yodo, estrés o enfermedades autoinmunes. Esto se puede comprobar con un análisis de sangre para detectar hormonas. Si se identifica un problema, la nutrición, los alimentos que contengan yodo y el descanso ayudarán a restablecer el equilibrio.
4. Estrés: Las hormonas matan la salud de las uñas
El estrés no es sólo un período desagradable, es una carga seria para el cuerpo. Cuando nos preocupamos durante mucho tiempo, las glándulas suprarrenales liberan cortisol, una hormona que en grandes dosis resulta perjudicial para el organismo. Bloquea las vitaminas, contrae los vasos sanguíneos y las uñas quedan sin nutrición.
El cortisol inhibe la glándula tiroides y acelera el proceso de envejecimiento. Después de situaciones estresantes, las uñas suelen crecer más lentamente y se vuelven más quebradizas. Caminar, meditar y pasar tiempo con sus seres queridos puede ayudar a reducir los niveles de estrés y ayudar a que las uñas comiencen a recuperarse.
5. Problemas digestivos: falta de nutrientes
Incluso si comes espinacas y carne, pero sufres de problemas digestivos, las sustancias necesarias simplemente no se absorben. Hinchazón, pesadez y estreñimiento son signos de que el estómago no puede digerir los alimentos. Si el ácido del estómago y las enzimas no funcionan correctamente, las uñas quedarán hambrientas.
Para mejorar el estado de tus uñas, es importante tratar las enfermedades digestivas, beber agua tibia por la mañana, reducir la cantidad de alimentos grasos y aumentar la cantidad de fibra en tu dieta.
6. Morderse las uñas: un mal hábito
Morderse las uñas no sólo es antiestético sino también perjudicial. Los dientes dañan la placa de la uña, desgarran la cutícula, lo que provoca daños en los tejidos debajo de la uña. Esto puede provocar estrías e incluso inflamación, ya que los gérmenes pueden penetrar fácilmente la piel dañada.
¿Por qué hacemos esto? Por estrés, costumbre o aburrimiento. Para acabar con este hábito, puedes sustituirlo por algo más útil, como dibujar o tejer. El barniz amargo también te ayudará a deshacerte de este hábito.
Conclusión
Las rayas verticales en las uñas no son solo una nimiedad, sino una señal importante del cuerpo. La falta de hierro, de vitamina B12, problemas de tiroides, estrés, mala digestión o incluso los hábitos pueden ser la causa de su aparición. Las uñas son un indicador de tu salud y si cambian es motivo para prestar atención a tu bienestar.
No te asustes, pero tampoco ignores estas señales. Si algo le preocupa, consulte con su médico. Recuerda que tu salud es importante y tus uñas son el primer indicador de cómo está funcionando tu cuerpo. ¡Cuídate!