A las dos de la madrugada, los hijos de mi hermano golpearon mi puerta; sus padres los habían dejado fuera otra vez, y esta vez supe que debía darles una lección que no olvidarían
Los golpes en la puerta me despertaron antes incluso de abrir los ojos. Eran las dos de la madrugada; lo supe porque el silencio en mi apartamento siempre era absoluto a esa hora. Al principio pensé que quizá era un vecino borracho, pero cuando escuché un sollozo ahogado reconocí al instante la voz de mi … Read more