Nadie quería a la apache paralítica. Hasta que el vaquero dijo: ‘Ella ahora es mía’.
Era un día caluroso de verano en el desierto de Arizona, donde el sol caía sobre la tierra como hierro fundido, abrasando todo a su paso. En medio de la nada, junto a un cactus seco, yacía una mujer apache. Su cuerpo estaba marcado por el sufrimiento; sus piernas, ahora inútiles debido a la herida … Read more