nuevo 1169

Pidió una bebida y buscó un rincón tranquilo donde sentarse. Mientras saboreaba su cóctel, sintió una mezcla de emoción y culpa.

¿Estaba mal buscar la felicidad solo por una noche?

Entonces conoció a Jerry, un hombre con un gran sentido del humor. Tenía una sonrisa fácil y una forma de hacerla reír que la hacía sentir como un soplo de aire fresco.

Solo con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

Él le invitó a otro cóctel y empezaron a hablar. La conversación fluyó con naturalidad y pronto se sintieron completamente enamorados el uno del otro.

Catherine sintió una chispa que no había sentido en mucho tiempo.

Jerry acompañó a Catherine a casa esa noche. No pudo resistirse a invitarlo a pasar mientras estaban en la puerta.

 

Echaba muchísimo de menos la atención masculina, y se sentía viva y feliz con Jerry.

John nunca la había tratado como Jerry, con tanto cariño e interés genuino. Esa noche, sintió que vivía en un sueño.

Catherine y Jerry siguieron viéndose. Compartieron risas, secretos y momentos de pura alegría. Catherine ocultó que estaba casada, incapaz de afrontar la realidad de su situación.

 

Pero esto no podía durar para siempre. Una mañana, Catherine se dio cuenta de que estaba embarazada. La noticia la golpeó como un ladrillo. Sabía que tenía que tomar una decisión que la cambiaría. Vida.

Una noche, con el corazón apesadumbrado, le confesó todo a Jerry. Le habló de su marido y le dijo que no podía dejarlo.

Jerry, conmocionado, le rogó que reconsiderara su futuro juntos. Prometió cuidar de ella y del bebé, pero Catherine ya estaba decidida.

 

No soportaba la idea de perturbar la vida de su marido a pesar del amor que sentía por Jerry.

A medida que se acercaba el regreso de John a casa, Catherine supo que tenía que tomar la decisión más difícil de su vida. Dejó al bebé con Jerry, desapareciendo de su vida para siempre.

Regresó con su marido, cargando con el peso de sus decisiones y los recuerdos de un amor que nunca pudo abrazar del todo.

Leave a Comment