¡MILLONARIO VE A LA EMPLEADA DEFENDIENDO A NIÑA EN SILLA DE RUEDAS… Y EL OSCURO SECRETO FAMILIAR…

va a pedirle a Paloma que se case con él oficialmente con anillo y todo. Baja a la cocina y encuentra a Paloma preparando el café cantando bajito. Alejandro se queda parado en la puerta solo observando. Todavía no puede creer que logró encontrar el amor otra vez. Buenos días, mi amor. Paloma se voltea y sonríe. Buenos días. Te levantaste temprano hoy. Es que hoy es un día especial.

¿Por qué? Alejandro se acerca nervioso, aunque sabe que ella va a decir que sí, el corazón le late disparado. Paloma González se arrodilla ahí mismo en la cocina y saca una cajita del bolsillo. Alejandro, ¿estás? ¿Aceptas casarte conmigo? Dentro de la cajita hay un anillo sencillo pero lindo.

No es el más caro del mundo, pero fue escogido con todo el cariño. Sé que ya platicamos sobre esto, pero quería hacerlo bien, de rodillas, con anillo, pidiendo tu mano en serio. Paloma mira la cajita con los ojos brillando. Es perfecto. Entonces, ¿aceptas? Sí, acepto. Alejandro le pone el anillo en el dedo y se levanta para besarla. Es un beso lleno de promesas y sueños. Órale.

El grito emocionado viene de la escalera. Es Manuelita en la silla de ruedas bajando por elevador que Alejandro mandó instalar. Se comprometieron de verdad. Sí, princesa. ¿Puedo ver el anillo? Paloma se agacha para enseñarle. Manuelita examina el anillo como si fuera una experta. Padrísimo, ahora vas a ser mi mami para siempre. Sí, si tú quieres.

Quiero muchísimo. ¿Cuándo se van a casar? Alejandro y Paloma se miran. ¿Qué tal el sábado que viene? El sábado, pero es muy rapidito. No queremos fiesta grande, solo una ceremonia pequeña aquí en el jardín. Y puedo ser la damita, claro, la damita más importante del mundo. Dolores aparece en la cocina con una canasta de ropa.

Qué escándalo es este tan temprano. Paloma y papá se comprometieron. Qué maravilloso. Déjame ver ese anillo. Dolores examina el anillo y sonríe aprobando. Lindo, sencillo y elegante, igual que ustedes dos. Dolores, ¿nos vas a ayudar a organizar todo. Claro que sí. Va a ser un honor. Nada muy complicado, solo una ceremonia en el jardín, unas 20 personas máximo.

Y el vestido. Ya pensaste en el vestido. Paloma se queda pensativa. Todavía no. Ni se me había ocurrido. Entonces, hoy mismo salimos a comprar. Y tú también, Manuelita, necesitas un vestido padrísimo para ser damita. ¿Puedo escoger el color? Claro que sí, princesa. Alejandro observa a las tres mujeres más importantes de su vida planeando la boda y siente una felicidad que ni sabía que existía.

Después de que murió Carolina pensó que nunca más iba a sentir esa alegría de tener una familia, de planear el futuro con alguien. Alejandro, ¿estás bien? Te quedaste calladito. Estoy padrísimo. Solo estaba pensando en lo afortunado que soy. Paloma se acerca a él. La suerte es nuestra, mía y de Manuelita. Durante el resto de la mañana hacen listas de lo que necesita organizarse.

Es impresionante cuántas cosas hay que organizar, aunque sea una fiesta pequeña. Vamos a necesitar flores, decoración, un juez de paz, música y comida. Manuelita completa. La comida la dejo en mis manos. Dolores asegura. Voy a hacer un banquete que nunca van a olvidar. Alejandro le habla por teléfono al Dr.

Ricardo, un juez de paz que es amigo de la familia desde hace años. Dr. Ricardo, habla, Alejandro. Le hablo para pedirle un favor. Hola, Alejandro. Qué gusto escucharte. ¿Cómo estás? Estoy bien, la verdad estoy padrísimo. Quería saber si puedes celebrar mi boda el sábado que viene. Boda, Alejandro, qué noticia tan buena. Claro que puedo, cuéntame todo.

Alejandro cuenta toda la historia. Cómo conoció a Paloma, cómo cambió su vida y la de Manuelita, cómo descubrieron la verdad sobre Rebeca. Qué historia tan impresionante, Alejandro, y qué bueno que encontraste la felicidad otra vez. Gracias, Dr. Ricardo.

Usted siempre ha sido como un papá para mí y tú como un hijo. Va a ser un honor celebrar esta boda. Por la tarde las mujeres salen a comprar los vestidos. Alejandro se queda en casa cuidando los preparativos del jardín. Quiere que todo sea perfecto, no porque necesite impresionar a alguien, sino porque Paloma se merece tener la boda más linda del mundo.

Mientras arregla las plantas y piensa en la decoración, Alejandro se acuerda de Carolina. ¿Estará de acuerdo? ¿Se alegraría de saber que encontró el amor otra vez? En el fondo del corazón está seguro de que sí. Carolina siempre quiso que fuera feliz y que Manuelita tuviera una mamá. Suena el teléfono. Es el comandante Martínez.

Alejandro, ¿cómo estás? Bien, comandante. ¿Y usted? Bien. También le hablo para darle una buena noticia. ¿Qué noticia? Logramos recuperar prácticamente todo el dinero que fue robado. Va a ser depositado en su cuenta para el lunes. Qué bueno saberlo. Y hay algo más. Rebeca y Armando confesaron todo.

Todos los crímenes van a estar presos por mucho tiempo. ¿Cuánto tiempo? Cadena perpetua. Descubrimos que le hicieron esto a otras familias también. Alejandro siente un escalofrío. Otras familias, por lo menos tres casos que pudimos comprobar, eran especialistas en infiltrarse en familias ricas y robarles todo. Órale, pero ya se acabó, Alejandro.

Nunca más van a lastimar a nadie. Cuando las muchachas regresan de las compras están radiantes. ¿Cómo les fue? Padrísimo. Manuelita grita, “El vestido de paloma es el más lindo del mundo.” En serio, sí, pero solo lo vas a ver el día de la boda. ¿Y tu vestido? Rosa clarito con flores bordadas. Parezco una princesa. Alejandro sonríe.

Todo está saliendo bien. Por la noche, cuando Manuelita ya está durmiendo, Alejandro y Paloma se quedan en el jardín platicando. ¿Estás nerviosa? Un poquito. ¿Y tú también? Pero son nervios buenos. ¿Estás seguro de que no quieres una fiesta más grande? Estoy seguro.

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