Sufrió en un silencio vergonzoso mientras los especialistas le repetían que él era el problema. Ahora una niña sin hogar de 7 años estaba desenredando la verdad más cruel que jamás hubiera imaginado. Cuando la señora Victoria supo del bebé que crecía en su vientre, estaba muy asustada. Continuó Ema sus pequeñas manos temblando mientras sostenía el sobre. Así que ella y el tío Marcus fueron a un lugar especial de doctores para hacerle la prueba al bebé, pero no lo hicieron con el ADN del señor Richard como deberían si él fuera realmente el papá.
Lo hicieron con el ADN del tío Marcus y el papel salió diciendo que había un 997% de certeza de que él era el verdadero padre. El abogado de Victoria le sujetó el brazo susurrándole con urgencia al oído, presa de una desesperación creciente. Pero ella miraba a Ema como si hubiera visto al mismo demonio levantarse del infierno.
¿Cómo podría una niña de 7 años siquiera saber cómo luce un documento de prueba de ADN? desafió desesperadamente, aferrándose a cualquier defensa posible. Los ojos de Ema se llenaron de lágrimas, pero su voz nunca se quebró, porque cuando mi mamá se enfermó mucho de cáncer, los doctores tuvieron que hacerle muchísimas pruebas para saber qué tipo era y hasta dónde se había extendido.
Pasé meses en hospitales y consultorios mientras mi mamá se ponía cada vez más enferma. Yo sé cómo se ven muchos papeles médicos y sé leer muy bien. Mi mamá me enseñó antes de irse al cielo. La jueza Morrison extendió su mano hacia Ema con la solemnidad de quien recibe pruebas en un juicio por asesinato.
¿Me permites examinar ese documento? Emma caminó hacia adelante con pasos inseguros, sus zapatos gastados sin hacer ruido en el suelo de mármol. La mente de Richard corría a través de 20 años de matrimonio, buscando desesperadamente señales que había pasado por alto los frecuentes viajes inexplicables de Victoria a visitar a su familia. Las expresiones de culpa de Marcus en las reuniones familiares que Richard siempre había descartado como simple estrés laboral.
La manera en que ambos insistieron en que una prueba de ADN era innecesaria e insultante durante el proceso de divorcio. Cuántas señales de alerta había ignorado en su confianza ciega, señoría, el abogado de Victoria hizo un último intento desesperado por salvar lo insalvable su voz, quebrándose por la atención. Incluso si este documento existe, no se ha establecido la cadena de custodia adecuada.