Porque ahora entiendo:
Algunas personas no vienen a ocupar el lugar de alguien, sino a llenar el vacío que otros dejaron.
Puse una cámara buscando pruebas para acusar a mi esposo.
Pero lo que encontré fue la prueba del amor verdadero.
El hombre que yo temía,
resultó ser quien eligió abrazar con toda su ternura el dolor de mi hija y el mío.
Y la niña que antes temía dormir sola, ahora sabe sonreír en los brazos de un padre no biológico, pero cuyo corazón es lo suficientemente grande para protegernos a los dos.
Dicen que:
“Un verdadero padre no es quien da la vida, sino quien está presente cuando se necesita un abrazo.”
Y yo sé que encontré a ese hombre.