💔 Parte Final: “No nací para ser bonita. Nací para arder, para sanar… y para liberar a otras como yo.”
Tres años después de nuestra boda, Ejimma se convirtió en la primera marca africana de cosmética natural en cotizar en la bolsa de París.
Pero para mí, ese no fue el mayor logro.
El mayor logro fue entrar a una sala llena de mujeres con cicatrices, con marcas, con pieles reales…
Y verlas sonreír sin vergüenza.
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Obinna y yo no tuvimos hijos biológicos.
Pero nuestras “Hijas del Fuego” ya eran cientos.
Una de ellas, Adaeze, que había llegado a nosotros tras escapar de un matrimonio infantil, creó una nueva fórmula para tratar quemaduras.
Hoy, es la directora de innovación de la marca.
Otra, Blessing, víctima de una trata de personas, escribió un libro sobre su recuperación emocional usando jabón negro y rituales ancestrales.
Su libro fue traducido a 12 idiomas.
Cada una… es una llama que se negó a apagarse.
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Mi madre adoptiva murió en paz.
La perdoné en vida, y ella, antes de partir, me dejó una caja.
Dentro, encontré una foto.
Era mi madre biológica, joven, embarazada, sonriendo con un vestido azul.
Al reverso, un mensaje: