Las arañas suelen ser más frecuentes durante los meses de primavera y verano, cuando las temperaturas son cálidas y encuentran más alimento disponible, como mosquitos y otros insectos.
Además, en estas estaciones aumenta su actividad reproductiva y buscan refugios dentro de los hogares para protegerse o formar sus nidos. En otoño, algunas especies también tienden a ingresar a las casas en busca de calor y resguardo frente al frío que se aproxima.
Durante el invierno, la actividad baja, pero no desaparece por completo: muchas permanecen escondidas en rincones interiores esperando mejores condiciones.
Consejos para evitar que las arañas entren en las casas Mantén las ventanas cerradas o usa mallas protectoras: una red fina en puertas y ventanas evita que los arácnidos entren sin comprometer la ventilación.
Sella grietas y rendijas: las pequeñas aberturas en paredes, pisos o techos son puertas de entrada frecuentes.
Mantén la casa ordenada: evita acumular cajas, papeles y objetos donde las arañas puedan esconderse.
Sacude la ropa y el calzado: sobre todo si han estado guardados por mucho tiempo o en lugares oscuros.
Controla la leña y materiales almacenados: revisa siempre antes de manipularlos, ya que suelen ser escondites comunes.
Aspira y limpia regularmente: especialmente detrás de muebles y en rincones poco iluminados.
Cuida el jardín: corta el césped con frecuencia y evita que las plantas se adhieran demasiado a las paredes de la casa.