Fiona Simpson, de 23 años, conducía a casa junto a su abuela de 78 años y su hija de 4 meses cuando comenzó a llover.
La joven dijo que no escuchó ninguna advertencia, pero sabía que tenía que parar su auto cuando la lluvia empezaba a ponerse más fuerte.
“No estaba conduciendo muy rápido porque no podía ver muy bien … No podía ver nada frente a mí, ni siquiera podía ver la línea en el camino”, dijo Fiona.
Según ella, escuchó una fuerte explosión y se dio cuenta de que el agua del granizo empezaba a entrar por la ventana trasera donde estaba su bebé.
Ante esto,, ella saltó a la parte trasera de su automóvil y actuó como un escudo humano para su bebé.