Larissa, una mujer de 66 años, decidió ir al médico cuando el dolor abdominal se volvió insoportable.

El médico respiró hondo.

—Tiene un lithopedion —explicó—. Es extremadamente raro, pero sucede cuando un embarazo ectópico antiguo se calcifica dentro del cuerpo. Su organismo rodeó al feto no desarrollado con capas de calcio para protegerla. Esto pudo haber ocurrido hace décadas… y solo ahora ha comenzado a causar síntomas.

Larissa se quedó inmóvil, sintiendo que el mundo se desmoronaba a su alrededor. Durante años había llevado dentro de sí no un milagro tardío, sino el silencioso vestigio de un embarazo perdido hacía mucho tiempo, petrificado por su propio cuerpo.

Fue sometida a una cirugía. La operación fue delicada, pero exitosa. Cuando despertó, aliviada y emocionada, comprendió que lo que había llevado dentro no era el inicio de una nueva vida, sino el cierre de una antigua historia que su cuerpo había guardado en silencio.

Y por primera vez en muchos meses, se sintió verdaderamente ligera.

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