Efectivamente, este último relata en sus memorias haber acudido al lugar del accidente, así como al hospital tras la operación a la que fue sometida la Princesa de Gales. Pero mientras seguían circulando teorías descabelladas, en 2004 se abrió una nueva investigación para comprobar todas las pistas. Luego se pidió al doctor Shepherd que volviera a leer la evidencia. Este último cuenta a continuación un escalofriante relato de los últimos segundos antes del accidente.
Dice que nadie dentro del Mercedes, a excepción del guardaespaldas Trevor Rees-Jones, llevaba puesto el cinturón de seguridad. Un punto importante que podría haber salvado la vida de Lady Diana. De hecho, la princesa estaba justo detrás de él. El médico forense afirma que, a diferencia de su compañero Dodi Al-Fayed y del conductor Henri Paul, que murieron instantáneamente, Diana sobrevivió al shock. De hecho, el cinturón de Rees-Jones habría absorbido parte del impacto del impacto. Este pequeño detalle podría haberle salvado la vida. Ya que tras el accidente sólo sufrió algunas fracturas y una pequeña lesión en el pecho. Pero un pequeño desgarro en una vena de uno de sus pulmones, que pasó completamente desapercibido, resultó fatal.