Cien Mil Razones
El subastador tomó el estrado. El lote final.
“Fondo de becas completo para estudiantes desfavorecidos. La oportunidad de la educación. Puja inicial, $1,000.”
Isabella tenía $50. Levantó la mano.
“Cincuenta dólares.”
La risa de Amanda. Burla abierta.
“¡Cinco mil!” gritó Amanda, mostrando el desprecio.
La guerra de pujas continuó. $15,000. $20,000.
Y entonces, la voz de Nathan. Clara. Contundente.
“¡Cien mil dólares!”
Silencio absoluto.
Isabella lloraba. Lágrimas de dignidad.
“Y quiero que el fondo de becas,” añadió Nathan, mirando a los Harrison, “se llame el Fondo de Esperanza Isabella.”
El aplauso. Un trueno.