Juega con tus propias reglas

Capítulo 1. Un momento de silencio
Se quedó allí de pie, pálido, con las manos temblorosas, sin poder creer lo que estaba sucediendo.
La policía entró, uno leyéndole sus derechos, el otro ya poniéndole las esposas.

“Tiene derecho a guardar silencio…”

“¡Es un error!”, gritó, volviéndose hacia mí. “¡Katya, diles! ¡Diles que es un malentendido!”

Permanecí en silencio.
La habitación olía a vino, a incienso de la chimenea y a una fría venganza que finalmente tomaba forma.

“¡Katya!”, gritó de nuevo. “¡No puedes hacer esto! ¡Somos marido y mujer!”

“Lo éramos”, respondí en voz baja. “Hasta anoche”.

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