Regresa a limpiar los baños, que es lo único que sabes hacer. Los pensamientos de Camila mientras agachaba la cabeza. Perdóname, papacito, por no defender tu enseñanza, pero necesito este trabajo. Necesito el dinero para tus medicinas. Sus ojos se llenaron de lágrimas que se tragó en silencio, pero esa humillación pública no fue suficiente para Fabián. Durante los siguientes días, como si hubiera desatado una bestia interior, intensificó su comportamiento despectivo. La obligaba a llegar media hora antes para tener todo limpio antes de que lleguen los hombres de verdad.
le gritaba frente a clientes, le daba las tareas más degradantes y imaginables. Un viernes particularmente cruel. Llegó un Audi RS6 Avan con problemas en la transmisión tiptronic. El auto, valorizado en 2.1 millones de pesos tenía síntomas extraños. Exitación al cambiar de segunda a tercera, un ruido metálico sutil al acelerar y la temperatura del fluido de transmisión ligeramente elevada. Mientras los mecánicos trabajaban, Fabián decidió hacer un espectáculo de poder. “Ven acá, Camila!”, gritó delante de seis mecánicos y tres clientes que esperaban.
“Ponte en cuatro patas y limpia debajo de este auto con las manos. Quiero que quede brillando cada tornillo y hazlo bien, porque las mujeres necesitan estar en su posición natural. La muchacha se puso de rodillas sobre el piso frío de Nindonintus concreto, con las manos directamente sobre la grasa y el aceite negro que se acumulaba debajo del Audi. “Así me gusta”, decía Fabián caminando alrededor de ella como un capataz cruel. en su posición natural. Las mujeres de rodillas donde deben estar limpiando lo que los hombres de verdad ensuciamos trabajando.
Los otros mecánicos miraban incómodos, pero ninguno decía nada. El miedo a perder el trabajo era más fuerte que su conciencia. Los pensamientos de Roberto, esto está mal, pero si digo algo, mi familia se queda sin comer. Tengo tres hijos que alimentar. Los pensamientos de Antonio. Pobrecita muchacha, pero yo necesito este trabajo. Mientras Camila limpiaba humillada, con las rodillas doloridas y las manos ennegrecidas de aceite, podía escuchar perfectamente como los mecánicos discutían sobre el Audi RS6. “El problema está en el convertidor de torque”, decía Antonio con seguridad fingida.
No, hermano, es la bomba hidráulica, insistía Roberto. Están locos. Es obviamente el filtro de transmisión obstruido gritaba Manuel. Llevaban 3 horas sin resolver nada y el cliente, un empresario de bienes raíces, comenzaba a impacientarse. Señor Fabián, mi auto vale más de 2 millones de pesos. Espero que sepan lo que están haciendo. Camila sabía exactamente cuál era el problema. Esos síntomas específicos, excitación al cambiar de segunda a tercera en las transmisiones tiptronic combinados con el ruido metálico sutil y la temperatura elevada del fluido, indicaban claramente un problema en los solenoides de control de presión del módulo de control de transmisión.
Su padre le había enseñado que en las transmisiones tiptronic de Audi, cuando fallan estos solenoides específicos, particularmente el N88 y N89, los síntomas son exactamente esos. Es el solenoide N88 del módulo de control, murmuró para y misma. probablemente necesita recalibración del software de gestión de cambios, pero no se atrevía a decir nada. La humillación anterior había sido demasiado traumática y cada vez que abría la boca, Fabián la humillaba peor. Esa misma tarde, mientras Camila organizaba herramientas que otros mecánicos dejaban tiradas, llegó otro caso que la partió por dentro.
Una señora mayor, doña Mercedes Aguilar, llegó con un Volkswagen Jetta 2015 que hacía ruidos extraños y se apagaba en los semáforos. Era evidente que la señora tenía recursos limitados. Su auto tenía varios años, pequeños rasguños y ella misma mencionó que era pensionada. Fabián la recibió con desdén. Señora, su carrito ya está viejito. Probablemente necesita motor nuevo. Le va a costar como 45,000 pesos mínimo. La cara de la señora se descompuso. 45,000 pesos. Ay, hijo, yo apenas cobro 4800 pesos de pensión al mes.
¿No habrá algo más barato? Camila, que había escuchado el motor al llegar, sabía perfectamente que el problema era mucho más simple. Los síntomas, apagado en ralentí, pérdida de potencia gradual y un sonido específico en el escape indicaban claramente una falla en la válvula EGR o en el sensor MAP, una reparación que costaría máximo 33,500 con mano de obra incluida. Señora, se acercó Camila susurrando, creo que el problema podría ser más simple. Quizás sea la válvula. Egr, Camila, rugió Fabián desde el otro lado del taller, otra vez metiéndote donde nadie te llama.
Ven acá inmediatamente. Cuando Camila se acercó temblando, Fabián le gritó delante de todos, “Te voy a enseñar a no meterte en conversaciones de adultos. ” La obligó a limpiar el baño de hombres con una esponja pequeñita de rodillas mientras él se paraba en la puerta gritándole más fuerte. Los azulejos tienen que brillar. Las mujeres solo sirven para limpiar. Mientras tanto, los mecánicos le dijeron a doña Mercedes que efectivamente necesitaba motor nuevo y que no había otra opción.
La señora se fue llorando, diciendo que tendría que juntar dinero durante meses. Los pensamientos de Camila mientras fregaba humillada. Papacito, perdóname. Esa señora podría arreglar su auto por 3500 pes, pero no me dejan ayudar. Me siento tan inútil. Pero el colmo llegó el lunes siguiente. Esa mañana Fabián había llegado de particularmente mal humor porque su esposa lo había regañado el fin de semana. Necesitaba desquitarse con alguien y Camila era su blanco perfecto. A ver, Camila! gritó delante de todo el taller lleno.