La ambulancia llegó en minutos, aunque para la familia fueron siglos. Marcus fue trasladado al Charlotte Medical Center, donde un equipo médico entero lo esperaba.
Los doctores estaban atónitos. Habían leído casos rarísimos de “síndrome de Lázaro” —pacientes declarados muertos que volvían a la vida—, pero ninguno había durado casi tres días en estado de aparente muerte.
La temperatura corporal de Marcus estaba sorprendentemente baja, como si su cuerpo hubiera entrado en una especie de hibernación. Su cerebro, contra todo pronóstico, no mostraba daño severo.
Los titulares no tardaron:
-
“Hombre revive en su propio funeral en Charlotte”
-
“La niña que llamó a su padre de vuelta”
Los periodistas acamparon frente al hospital. La historia se volvió viral en cuestión de horas.