Gerente le sirve café a una muje negra delante de todos y la insulta – Minutos después, toda la empresa está conmocionada…-DIUY

Dan irrumpió, sosteniendo su taza de café, con el rostro destrozado por la furia.

“¿Crees que diriges esto, eh?”, preguntó con desdén, con la voz lo suficientemente alta como para llamar la atención.

Angela levantó la vista, sobresaltada. “Solo me aseguro de que todo esté listo para la presentación al cliente”, dijo con voz serena, con un tono profesional pero firme.

Dan se acercó con los puños apretados. “Te crees mejor que todos nosotros. Andas por aquí como si fueras la dueña de la empresa”.

Antes de que Angela pudiera responder, Dan, en un ataque de ira, inclinó su taza y vertió café caliente sobre la parte delantera de su blusa blanca. La sala de descanso se llenó de jadeos mientras los empleados se quedaban paralizados, incapaces de creer lo que estaban presenciando.

El rostro de Angela se contorsionó de sorpresa y dolor. Retrocedió rápidamente, agarrándose la camisa mientras el líquido empapaba la tela. Dan no se detuvo ahí.

“No vales nada”, ladró. “Siempre intentando presumir. ¡Quizás si pasaras menos tiempo actuando como una reina, harías bien tu trabajo!”.

La sala quedó en silencio. Decenas de compañeros la miraban con incredulidad. Algunos se taparon la boca, otros se removieron incómodos. Nadie se atrevió a intervenir. Ángela se quedó allí, temblando, humillada delante de todos. Sintió que las lágrimas le escocían en los ojos, pero se obligó a no llorar. Con la cabeza bien alta, se dio la vuelta y salió de la sala de descanso, dejando tras sí un silencio atónito.

Dan sonrió con sorna, como si hubiera ganado una batalla invisible. Pero en cuestión de minutos, toda la empresa se vería conmocionada de una forma que jamás imaginó.

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