Helen apoyó su mano en el brazo de Lucas.
—Hoy no firmo nada —dijo con voz firme—. Y quiero revisar cada documento con mi abogado.
La expresión de David se endureció en un segundo. La sonrisa falsa de Anna se desmoronó.
—Mamá… esto no es necesario —dijo Anna entre dientes.
—Creo que sí lo es —respondió Helen—. Y si no les gusta, pueden esperar a que la ley decida.
David dio un paso hacia ella.
—¿Qué estás insinuando?
Helen sostuvo su mirada sin parpadear.
—Que estoy viva. Y que pienso seguir estándolo.
Lucas apretó su mano en señal de apoyo.
Laura, que había observado todo desde la distancia, se acercó con el rostro lleno de irritación.
—Esto es ridículo —dijo—. Solo hay que cerrar trámites. Nada más.
Helen dio un paso atrás, asegurándose de que todos la oyeran.
—Encontré algo en el garaje esta mañana. Y la policía también lo encontrará. Así que les sugiero que midan muy bien sus palabras.