—Allá tú.
Michael, que había observado en silencio, habló al fin. Sus ojos se clavaron en Emily.
—¿Quién es Emily Carter?
—Soy yo —contestó ella sorprendida.
Él hojeó el currículum abandonado.
—¿Estudiaste diseño? ¿Nuestro departamento de diseño necesita más personal?
—Estamos completos, señor —se apresuró a responder un gerente.
—Entonces que empiece como asistente en secretaría. Alex Johnson, encárgate de su ingreso.
—Sí, señor —respondió Alex, confundido, guiando a Emily fuera de la sala.
Sophia la fulminó con la mirada.
—Esa mujer ya intenta seducir a Thompson. Me las pagará…
Más tarde, en la oficina, Emily apenas se acomodaba cuando una voz grosera sonó:
—¿Tú eres la nueva “chica guapa de la oficina”, eh?
Era Ryan Patel, jefe de marketing, que se acercó con mirada lasciva e intentó tocarle el brazo.
—¿Qué haces? —Emily lo apartó con una bofetada.
Ryan abrió los ojos, indignado.
—¿¡Te atreves a pegarme!?
—Me acosaste. Una bofetada fue misericordia —respondió Emily con firmeza.
Sophia apareció de repente, gritando:
—¡Sr. Thompson! ¡Mire lo que pasa aquí!
Michael salió de su oficina con el ceño fruncido.
—¿Qué ocurre?
Emily no dudó:
—¡Él me acosó! ¡Me tocó!
Ryan cambió su expresión al instante:
—¡No, señor Thompson! Ella me usó para trepar. Fue ella quien me insinuó cosas. ¿Quién dejó entrar a esta mujer manipuladora? ¡Despídala ya!
Emily, furiosa, lo señaló:
—¡Usted la contrató!
Michael se quedó en silencio un instante, con una chispa extraña en los ojos.
Ryan, creyendo que había ganado, sonrió con arrogancia.
Michael habló con voz fría y decisiva:
—Fuera. ¿Me escuchaste? ¡Fuera!
Emily se sobresaltó.
—¿Por qué despedirme a mí si claramente fue él quien me acosó?
Michael suspiró, masajeándose las sienes.
—Me refería a él. No a ti.