En la década de 1970, Santana cayó en el abuso de drogas y alcohol, lo que lo llevó a sentirse desconectado de sí mismo y de sus seres queridos.
En varias ocasiones, relató cómo despertaba en estado de pánico, atormentado por un vacío interno que la fama no podía llenar.
Este periodo oscuro coincidió con la ruptura de su primer matrimonio con Débora King en 2007, tras 34 años juntos.
La separación fue dolorosa, especialmente porque tenían tres hijos: Salvador, Estela y Angélica.
Santana expresó sentimientos de culpa por no haber podido mantener una familia estable debido a sus giras constantes y problemas personales.
La pérdida de su matrimonio fue uno de los momentos más difíciles de su vida, que lo llevó a una profunda reflexión y búsqueda de sanación.
Tras superar sus adicciones con la ayuda de la espiritualidad y la meditación, Santana logró reconstruir su vida y carrera.
El punto culminante de esta segunda etapa fue el álbum “Supernatural” (1999), una colaboración con artistas como Rob Thomas, Eric Clapton y Lauryn Hill.