Igor bajó la mirada, el peso de las palabras de Marina cayendo sobre él. Había estado eludiendo la verdad durante tanto tiempo que ahora le resultaba imposible afrontarla completamente. La realidad de que su familia había sido manipulada por fuerzas externas, el misterio detrás del niño, y las traiciones que se habían tejido entre las sombras lo dejaban sin aliento.
“Pero… ¿y el niño? ¿Qué le pasa si todo esto no es más que una mentira?” preguntó Igor, su voz llena de dudas.
Marina se acercó a él, tocando suavemente su hombro. “El niño es nuestra responsabilidad ahora. Y si bien su origen sigue siendo un enigma, él ya es parte de nuestra familia. Él tiene derecho a conocer la verdad, al igual que nosotros.”
La Intervención de Natalia Rudinskaya: La Mano Oscura
A medida que la situación se complicaba, las autoridades comenzaron a investigar más a fondo el origen del niño. En este proceso, una figura emergió de las sombras: Natalya Rudinskaya, una mujer influyente que trabajaba en el Comité Regional del Partido Comunista, conocida por su cercanía con Igor y su interés en manipular los eventos a su favor. Había algo extraño en su intervención. Aunque en principio parecía ayudar, pronto quedó claro que tenía un interés personal en la situación.
Marina, sintiendo que había algo más detrás de las acciones de Natalia, comenzó a investigar por su cuenta. Fue entonces cuando comenzó a descubrir detalles perturbadores sobre la relación entre Igor y Natalia. Había algo más que amistad en la forma en que ella se comportaba con él.
Una noche, Marina decidió confrontar a Natalia. Se acercó a ella con determinación, sintiendo que esta mujer debía ser parte de la clave que resolviera el enigma de su familia.
“Natalia, sé que has estado interviniendo en este asunto desde el principio. Y quiero saber por qué. ¿Qué es lo que realmente quieres?” preguntó Marina con voz firme.
Natalia la miró por un momento, sus ojos fríos y calculadores, antes de hablar con calma.
“Lo que quiero es lo que siempre he querido, Marina. Lo que siempre has tenido tú: el corazón de Igor. Y sé que nunca lo he tenido de verdad, no como tú. Pero ahora, con todo lo que está pasando, este niño, esta situación, tienes que entender que esto es más grande de lo que piensas.”
Marina, sorprendida por la franqueza de Natalia, sintió una ola de ira y tristeza recorrer su cuerpo. La idea de que su vida, su matrimonio, todo lo que había construido, pudiera haber sido manipulado por la obsesión de una mujer era algo que no podía soportar. Pero no había tiempo para debilitarse.