Tras el caos, varios notaron que la madre nunca soltó su bolso, ni siquiera mientras blandía el hacha. Algunos creen que dentro guardaba otras pruebas relacionadas con el caso, quizá algo que nadie más sabía.
¿Por qué estaba tan convencida de que su hijo seguía vivo? ¿De dónde provenía esa certeza tan escalofriante?
Otros afirman que tuvo sueños, visiones, incluso mensajes de su hijo en los días posteriores al supuesto accidente.
\Un pueblo dividido
El suceso se propagó como pólvora. En cuestión de horas, todo el pueblo hablaba del funeral. Algunos piensan que la mujer había perdido la razón por el dolor, atrapada en una negación extrema. Otros, en cambio, empezaron a sospechar que había algo más: un encubrimiento, un engaño o quizás incluso algo sobrenatural.
La policía investiga, pero se niega a dar declaraciones oficiales. El cuerpo fue retirado bajo estricta seguridad y hasta ahora no se han publicado más informes.
Un final abierto
El funeral, que debía cerrar un capítulo de dolor, abrió en cambio una herida más profunda.
La madre sigue insistiendo en que su hijo está vivo. La viuda asegura que todo fue locura causada por el duelo. La comunidad permanece dividida entre la compasión y el miedo.
Y la memoria más escalofriante de todas: la imagen de una mujer vestida de azul, un hacha en sus manos, gritando que el ataúd ocultaba un secreto atroz.
Lo que realmente yacía en esa caja de madera sigue siendo un misterio que muchos prefieren no recordar… pero que nadie podrá olvidar.