Ella ocultó su verdadera vida durante 35 años…

“Trabajo en una oficina”.

“Gano poco”. “Llevo una vida tranquila, nada del otro mundo.”

Verónica, la madre de Simone, asintió, como si hubiera escuchado el diagnóstico.

“Oh, un trabajo sencillo. Bien. De verdad.”

De verdad. Sencillo. No se puede elogiar a una persona más pobre.”

IV. Desdén que corta más fino que un cuchillo

La cena fue un desfile de fanfarronería. Hablaron de coches, colecciones de vinos, viajes a villas privadas. No preguntaron qué me gusta, qué me gusta leer, cómo vivo, qué me hace feliz.

No necesitaban saberlo.

Vinieron a medirme.

Precio.

Cuando llegó el menú, Verónica suspiró, deliberadamente:

“Pidamos algo barato. No queremos que nuestro invitado lo pase mal…”

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