Además del daño estructural en los dientes, abrir botellas con la boca también puede afectar las encías y la mandíbula. Un movimiento brusco o una mala postura al aplicar la fuerza pueden generar lesiones en las encías, provocando sangrado, inflamación e incluso infecciones. Asimismo, el esfuerzo repetitivo puede causar problemas en la articulación temporomandibular (ATM), lo que puede derivar en dolor crónico y dificultades para abrir o cerrar la boca con normalidad.
El riesgo de cortes en la boca también es elevado. Si la botella o la tapa se resbala, es posible que cause heridas en los labios, la lengua o el interior de la boca. Estas lesiones pueden ser dolorosas y propensas a infecciones debido a la cantidad de bacterias presentes en la boca y en la superficie de las botellas.
Finalmente, el hábito de abrir botellas con los dientes puede llevar a una pérdida progresiva de la estética dental. Con el tiempo, los dientes pueden cambiar de forma, volverse más débiles y perder su apariencia natural, afectando la sonrisa y la confianza en uno mismo.
Para evitar estos problemas, es fundamental utilizar herramientas adecuadas para abrir botellas y evitar el uso de los dientes como alternativa. La salud bucal es valiosa y merece ser protegida con hábitos responsables. No pongas en riesgo tus dientes por un simple acto que puede prevenirse fácilmente.