La respuesta de Mariela fue un dardo certero. El rostro de Karina se contrajo en un gesto de disgusto, frunciendo el ceño por un instante antes de recuperar la compostura. No encontró una réplica a la altura, así que simplemente optó por el silencio.
Dio media vuelta sobre sus tacones y abandonó la habitación con la misma brusquedad con la que había entrado. Un aire de tensión insoportable quedó flotando en la habitación como un perfume amargo.
Horas más tarde, la ceremonia dio comienzo. Valeria, a pesar de todo, caminaba hacia el altar deslumbrante como una visión. Sin embargo, una extraña inquietud comenzó a crecer en su pecho al notar la actitud de Reinaldo.
Él parecía ausente, perdido en otro mundo. Durante el intercambio de votos, sus miradas apenas se cruzaban. Reinaldo evitaba el contacto visual directo, sus ojos vagando por el lugar, fijos en cualquier punto excepto en ella.
Su mano, que sostenía la de Valeria, se sentía fría y distante. Cada vibración de su teléfono en el bolsillo parecía un llamado más urgente que la promesa de amor eterno, la mujer que le juraba amor en la salud y en la enfermedad parecía haberse vuelto invisible para él la recepción no hizo más que empeorar la situación karina se movía entre los invitados como un depredador deslizando comentarios y dientes sobre la familia y amigos de Valeria refiriéndose a ellos como ruidos o poco refinados reinaldo en lugar de erigirse como su protector y esposo elegía el camino de la cobardía o guardaba un silencio cómplice o peor aún soltaba una risa nerviosa intentando disipar una tensión que él mismo permitía cada comentario de su madre era una
traición que se clavaba en el corazón de Valeria el punto de quiebre el momento que lo cambiaría todo llegó con el brindis karina con una copa de vino en la mano y una sonrisa triunfal se acercó al micrófono lo que inició como un discurso de felicitación pronto se transformó en una humillación pública orquestada con una precisión diabólica y un sadismo evidente “reinaldo mi querido hijo” comenzó su voz resonando en el silencio del salón siempre has tenido un corazón tan noble y generoso espero sinceramente que este matrimonio
sea todo lo que siempre has soñado aunque algunos sueños como bien sabemos no siempre terminan como uno espera su mirada se clavó en Valeria el silencio que siguió fue denso pesado ensordecedor valeria sintió el peso de cientos de miradas sobre ella analizándola juzgándola antes de que pudiera procesar la humillación escuchó un murmullo agitado a sus espaldas al girarse vio a Reinaldo discutiendo acaloradamente con Mariela quien lo confrontaba por su pasividad por el amor de Dios Reinaldo defiéndela ¿no ves lo que está haciendo gritaba Mariela perdiendo la paciencia
la sala entera quedó en Soc en un arrebato de ira incomprensible cegado por la furia de ser expuesto Reinaldo se giró y abofeteó a Valeria frente a todos los invitados el impacto físico fue leve casi insignificante pero el dolor emocional fue un abismo que se abrió bajo sus pies se tambaleó no por la fuerza del golpe sino por el peso de la traición final los murmullos se transformaron en gritos de indignación en ese instante algo dentro de Valeria se rompió pero algo más fuerte emergió de los escombros esto se terminó declaró Valeria
su voz aunque temblorosa al principio resonó con una claridad y una fuerza que sorprendió a todos incluyéndola a ella misma no había duda ni vacilación en sus palabras era el sonido de una sentencia final el cierre de un libro que nunca debió haber sido escrito de esa manera sin esperar una sola palabra de respuesta por parte de un Reinaldo atónito se arrancó el anillo de compromiso del dedo la joya que minutos antes simbolizaba un futuro ahora era solo un pedazo de metal frío y sin significado con un gesto lleno de dignidad y rabia contenida lo arrojó sobre la mesa principal donde rebotó con un sonido
metálico y seco la sala entera la observó en un silencio sepulcral mientras ella con la cabeza en alto y la espalda recta caminaba con una determinación inquebrantable hacia la salida cada paso era una afirmación de su valor una adiós a la humillación dejaba atrás un mar de susurros rostros atónitos y un hombre que había destruido su propio mundo mariela la alcanzó en el umbral justo cuando el aire fresco de la noche golpeaba su rostro la abrazó con fuerza un ancla en medio de la tormenta y fue solo entonces cuando las lágrimas calientes y amargas
finalmente brotaron de los ojos de Valeria lloró por el sueño perdido por la traición por el dolor insoportable que la consumía “esta noche no es tu final Valeria” le susurró Mariela al oído sosteniéndola con una ternura infinita sé que duele como el infierno pero créeme esto es solo el comienzo es el inicio de algo mucho mejor de algo que tú mereces de verdad valeria asintió entre soyosos limpiándose las lágrimas con rabia aunque se sentía rota en mil pedazos una chispa comenzaba a arder en su interior era la llama de una mujer que había
tocado fondo pero que estaba decidida a reconstruirse desde sus propias cenizas esa misma noche el pequeño y modesto departamento de Mariela se convirtió en su refugio un santuario cálido y seguro las paredes estaban decoradas con fotografías de viajes y recuerdos felices testigos silenciosos de una amistad incondicional sentada en el sofá con una taza de té que apenas podía tocar Valeria repasaba mentalmente los eventos de las últimas horas cada insulto cada mirada de desprecio y sobre todo la bofetada se repetían en su mente era una película de terror que no
podía detener una y otra vez ¿quieres conversar sobre lo que pasó preguntó Mariela suavemente ofreciéndole una manta para abrigarla del frío de la noche y del alma valeria negó con la cabeza al principio pero sus ojos traicionaron el torbellino de emociones que luchaba por contener dentro de sí tras varios minutos de un silencio compartido finalmente habló su voz apenas un susurro ¿cómo pude haber llegado a este punto Mariela ¿cómo pude estar tan ciega las preguntas flotaban en el aire cargadas de dolor y confusión pensé que él era diferente que de verdad
me amaba pero permitió que su madre me pisoteara y lo peor de todo su voz se quebró lo que él me hizo frente a todos no puedo quitármelo de la cabeza mariela se sentó a su lado tomándole la mano es un cobarde Valeria un hombre sin valor pero ¿sabes qué tú no lo eres eres la mujer más valiente que conozco esta noche es terrible pero puede ser tu liberación mañana a primera hora iremos juntas a tu casa” continuó Mariela su tono firme y decidido recogeremos todas tus cosas cada una de ellas no tienes que volver a verle la cara si no quieres
no vas a enfrentar nada de esto sola ¿me oyes estoy contigo hasta el final valeria asintió una gratitud inmensa inundando su pecho a pesar de la fortaleza que le infundía su amiga el miedo y la incertidumbre la carcomían por dentro ¿cómo sería enfrentar la realidad al día siguiente la idea de volver a ese lugar que hasta hacía unas horas era su hogar le revolvía el estómago y si Reinaldo estaba allí ¿qué le diría ¿cómo podría empezar de cero a la mañana siguiente después de una noche de insomio y pesadillas Valeria y Mariela se dirigieron al departamento que había compartido con Reinaldo
no iban solas eduardo el hermano mayor de Valeria las acompañaba su presencia era un muro de protección un hombre alto y de pocas palabras pero cuya lealtad era inquebrantable el plan era sencillo y rápido entrar empacar lo esencial y salir antes de que Reinaldo regresara del trabajo ¿estás segura de que quieres hacer esto ahora mismo preguntó Eduardo su voz grave llena de preocupación mientras estacionaba su camioneta frente al edificio podríamos esperar no tienes que forzarte a nada no Gabi necesito hacerlo hoy,” respondió
Valeria su voz sonando más segura de lo que se sentía “necesito cerrar este capítulo de mi vida cuanto antes para poder empezar a sanar.