“Lo siento. Fui egoísta.
Pero pasaré el resto de mi vida intentando hacerlo bien.”
El año en que Arjun cumplió 22, fue invitado a exponer en una muestra internacional de arte.
En su página personal, escribió una sola frase:
“Para ti, mamá. Lo logré.”
Y debajo — por primera vez en diez años — me envió un mensaje:
“Si estás libre… la exposición se inaugura este sábado.”
Me quedé paralizado.
La palabra “Papá” — tan simple —
y sin embargo, marcó el fin de todo el dolor… y el comienzo de algo nuevo.
Mensaje final:
Algunos errores nunca pueden deshacerse.
Pero el arrepentimiento genuino aún puede llegar al corazón.
La felicidad no está en la perfección —
sino en tener el valor de enfrentar lo que alguna vez pareció imperdonable.