Lava regularmente la ropa de cama en agua caliente:
Lavar las sábanas, fundas de almohada y cobertores en agua caliente (a una temperatura de al menos 55 °C) ayudará a eliminar los ácaros y reducir su población.
Aspira regularmente el colchón y las almohadas:
Utiliza una aspiradora equipada con un filtro HEPA para aspirar el colchón, las almohadas y otras superficies cercanas a la cama. Esto ayudará a eliminar los ácaros y sus restos.
Mantén la humedad bajo control:
Los ácaros prosperan en ambientes húmedos, por lo que es importante mantener la humedad relativa en tu habitación por debajo del 50%. Puedes utilizar un deshumidificador si es necesario.
Evita el uso de alfombras y cortinas pesadas:
Estos elementos tienden a acumular polvo y ácaros. Opta por superficies lisas y fáciles de limpiar en tu habitación.
Ventila regularmente la habitación:
Asegúrate de permitir una buena circulación de aire abriendo ventanas y puertas para reducir la humedad y eliminar los ácaros.
Recuerda que mantener una buena higiene general en tu hogar y seguir estas prácticas de prevención puede ayudar a reducir la presencia de ácaros y crear un entorno más saludable para dormir.