Cuando la paciencia se acaba

Capítulo 1. Plan B
“A propósito”, dijo Anna con calma. “¿De qué otra manera?”

Gleb guardó silencio. Una mezcla de confusión y respeto se dibujó en su rostro.

No estaba acostumbrado a que su esposa ganara, especialmente en una guerra con su madre.

“Podrías haberlo dicho sin más”, exhaló.
“Te lo dije”, le recordó ella. “Muchas veces. Pero todos están acostumbrados a que mamá tome las decisiones. Incluso cuando no se trata de su vida”.

Miró hacia otro lado, como un niño al que pillan mintiendo.

Había un silencio inusual en el apartamento: denso, viscoso, como si el aire se hubiera vuelto más denso sin los constantes comentarios y quejas.

La cocina olía a café y libertad.

“No pensé que llegaría a esto”, dijo Gleb en voz baja.
“Ya me lo imaginaba”, respondió Anna, y se levantó. “¿Te apetece una tortilla?”

Leave a Comment