Las recomendaciones varían según la edad y condición médica, pero en general:
Adultos hasta 70 años: 600 a 800 UI (Unidades Internacionales) por día.
Adultos mayores de 70 años: 800 a 1000 UI diarios.
Personas con deficiencia diagnosticada pueden requerir dosis mayores bajo supervisión médica.
También es fundamental combinar la vitamina D con una ingesta adecuada de calcio (entre 1000 y 1300 mg al día), ya que ambos trabajan en conjunto para fortalecer los huesos.
Fuentes naturales de vitamina D
Luz solar: Solo 15 a 30 minutos al día pueden activar la producción natural de vitamina D en la piel.
Alimentos: Pescados grasos (como salmón, atún y sardinas), hígado de res, yema de huevo, leche y cereales fortificados.
Suplementos: Ideales en climas fríos o en personas con baja exposición solar.
¿Quiénes deberían suplementar?
Personas mayores de 65 años.
Mujeres posmenopáusicas.
Personas con poca exposición al sol.
Individuos con enfermedades intestinales que afectan la absorción.
Personas con piel oscura (que producen menos vitamina D con la luz solar).
Conclusión
La vitamina D no solo mejora la absorción del calcio, sino que ha demostrado reducir significativamente el riesgo de fracturas óseas en más de un 34% cuando se combina con calcio. Si deseas mantener tus huesos fuertes y prevenir caídas y lesiones, asegurarte de tener niveles adecuados de vitamina D puede ser una de las decisiones más importantes para tu salud.