Comencé a beber agua de clavo todos los días durante un mes y esto es lo que pasó.

Tan pronto como me dieron de alta del hospital, me di cuenta de que ya no quería depender más de las pastillas digestivas y que intentaría solucionar el problema de forma natural.

Estos son los cambios que noté en 28 días.

Primera semana
Todas las noches ponía en remojo 5 o 6 dientes en una taza de agua tibia y los dejaba reposar durante la noche. Por la mañana bebí esta infusión en ayunas.

No fue fácil acostumbrarme al sabor picante y ligeramente dulce, pero después de un par de días noté que mi estómago comenzó a comportarse con más calma después de comer.

Mi tía decía que el clavo activa la producción de enzimas digestivas, y parece que tenía razón. Al tercer o cuarto día, la hinchazón había disminuido significativamente y la sensación de pesadez después de comer casi había desaparecido. Pensé que no podía mejorar, pero la segunda semana trajo nuevas sorpresas.

Segunda semana
A partir de este momento las mejoras ya eran evidentes. Noté que mi digestión había mejorado completamente y después de comer ya no me molestaba la sensación de “piedra” en el estómago.

Para mi sorpresa, la calidad de mi sueño también cambió. Comencé a despertarme más descansado, e incluso durante el día sentí una oleada de energía, como si mi cuerpo finalmente se hubiera reiniciado.

Mi energía aumentó tanto que incluso entrenar se volvió más fácil. No estaba haciendo los ejercicios simplemente por costumbre, sino que en realidad me sentía más resistente y concentrado.

Y otra ventaja inesperada: aliento fresco desde la mañana. ¡Incluso antes de cepillarte los dientes!

Tercera semana
En ese momento me di cuenta de que mi cuerpo parecía haberse adaptado a un nuevo ritmo. Comencé a sentirme más equilibrado y tranquilo, sin cambios bruscos de humor ni caídas repentinas de energía.

La pesadez en mi estómago ha desaparecido por completo. Solía ​​sentir a menudo una pérdida de energía después del almuerzo, pero ahora ha desaparecido.

Mi piel se volvió más clara y aprendí que los antioxidantes del clavo ayudan a reducir la inflamación y a mantener mi piel saludable.

Para ser honesto, estoy encantado con estos cambios. Fue una señal de que estaba avanzando en la dirección correcta.

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