CEO GOLPEA A SU ESPOSA EMBARAZADA EN EL CENTRO COMERCIAL POR SU AMANTE, ¡PERO SU PADRE MULTIMILLONARIO ESTABA DE ENCUBIERTO COMO GUARDIA DE SEGURIDAD!-A-DIUY

Dos semanas después, Anna yacía en una cama de hospital, acunando a su recién nacido. La luz del sol entraba a raudales por la ventana, suavizando con su calor las paredes estériles.

A su lado estaba Daniel, con ojos tiernos mientras acariciaba la pequeña mano de su nieta.

“Ella es perfecta”, susurró, con la voz quebrada por primera vez en años.

Anna sonrió débilmente, el cansancio grabado en su rostro.

—Papá, no sé qué hubiera hecho sin ti.

—No tienes que agradecerme —dijo Daniel—. Protegerte es mi mayor privilegio.

Su mejor amiga, Claire, estaba tomando fotos entre lágrimas. La sala se llenó de risas, flores y alegría: todo lo contrario de aquel horrible día en el centro comercial.

Mientras tanto, la vida de Michael Harris se desmoronaba. Videos de él golpeando a su esposa embarazada se hicieron virales, su junta directiva lo obligó a renunciar y su nombre se convirtió en sinónimo de escándalo. Samantha desapareció del ojo público tan rápido como había llegado, dejando a Michael solo y en desgracia.

Anna, sin embargo, comenzó una nueva etapa. Con el apoyo de su padre, tomó las riendas de su vida. Ya no necesitaba la fortuna de Michael, porque el amor de su familia —y su propia fuerza— valían muchísimo más.

Mientras Daniel sostenía a su nieta en sus brazos, susurró una promesa:

—Nunca conocerás el miedo. Nunca te harán daño como a tu madre. Te lo prometo.

Anna miró a su padre con lágrimas de gratitud en los ojos. Por primera vez en mucho tiempo, se sintió libre.

El incidente en el centro comercial, que podría haberla destrozado para siempre, reveló la verdad, destruyó a su abusador y restauró su vínculo con el hombre que siempre la protegería.

Y mientras su hija balbuceaba suavemente en sus brazos, Anna supo que éste era el comienzo de una vida mejor.

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