- Inflamación o bultos
La presencia de hinchazón, sensibilidad o un bulto visible cerca del hueso afectado puede ser una señal de alerta.
- Fracturas frecuentes o sin causa aparente
Los huesos debilitados por el cáncer son más propensos a romperse incluso con golpes menores o sin razón clara.
- Fatiga y pérdida de peso
Síntomas generales como el cansancio extremo, debilidad o pérdida de peso inexplicable también pueden acompañar al cáncer óseo.
- Limitación del movimiento
Si el tumor está cerca de una articulación, es posible que se experimente rigidez, dificultad para mover la extremidad o cojera.
¿Cuándo acudir al médico?
Si experimentas alguno de estos síntomas durante más de dos semanas, especialmente el dolor óseo persistente, es fundamental consultar con un especialista. Un diagnóstico temprano puede mejorar notablemente las probabilidades de recuperación.
Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico puede incluir radiografías, resonancia magnética, tomografía y biopsia ósea. El tratamiento depende del tipo y etapa del cáncer, pero puede incluir cirugía, quimioterapia y radioterapia.
Conclusión
Aunque el cáncer de huesos es poco común, estar atento a las señales de alerta puede marcar una gran diferencia. Escucha a tu cuerpo y no ignores los síntomas persistentes. Consulta a un profesional de la salud ante cualquier sospecha.