Apenas una hora después del entierro, un niño de 7 años insistió en que su padre desenterrara la tumba de su madre, -DIUY

Horas más tarde, en el Hospital General de Maplewood, los médicos confirmaron lo imposible:
Laura había sufrido una catalepsia —una condición rara en la que el cuerpo entra en un estado de parálisis total, simulando la muerte.
Su respiración era tan débil que el equipo médico la había declarado sin vida.
Nadie lo sospechó.

El doctor Hughes, el forense que firmó el certificado de defunción, llegó corriendo, horrorizado.
—Esto… esto no puede ser —tartamudeó—. Revisé dos veces…

Michael lo miró con una frialdad que lo atravesó como una espada.
—Revisó mal.May be an image of text

Laura pasó tres días en observación.
Ethan no se separó de ella ni un segundo. Dormía en una silla junto a su cama, sujetando su mano como si temiera que desapareciera otra vez.
Cuando por fin pudo hablar con voz clara, Laura contó lo que recordaba.

—Escuchaba todo —dijo, temblando—. Las voces. Los llantos. Sentía cómo me tocaban, cómo cerraban la tapa… Quise gritar, pero mi cuerpo no respondía. Era como estar despierta dentro de una pesadilla.

Michael la abrazó fuerte.
—No hablemos más de eso, amor. Estás aquí. Con nosotros. Eso es lo único que importa.

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