El primer discurso oficial del nuevo Papa León XIV captó la atención del mundo entero por su tono cercano y su mensaje esperanzador. Sin embargo, en redes sociales y foros especializados, el foco se desvió rápidamente hacia un detalle que pocos esperaban: el reloj que el pontífice llevaba puesto. En medio de un momento histórico para la Iglesia, fue un accesorio el que se llevó los comentarios más curiosos.
Todo comenzó con una ola de rumores: algunos usuarios, observando con atención las imágenes del discurso, afirmaron que el Papa estaba usando un lujoso Rolex Submariner “Cherry Red”, un modelo de alta gama asociado tradicionalmente con figuras del poder y del espectáculo. La noticia se propagó rápidamente por internet, generando tanto sorpresa como controversia entre quienes consideran que los símbolos de ostentación no deberían formar parte de la figura papal.
No obstante, los expertos en relojería no tardaron en desmentir la información. Al analizar con detenimiento las fotos y las grabaciones, notaron que la correa del reloj era bastante más discreta que la de un Rolex, y que el diseño general no coincidía con el de un reloj de lujo. Lejos de los brillos dorados o detalles exclusivos, se trataba de una pieza mucho más sencilla.
La investigación informal de los fanáticos de los relojes llevó a una conclusión bastante más coherente con la imagen de austeridad y cercanía que caracteriza al nuevo papa: lo que llevaba en la muñeca era, en realidad, un Wegner Swiss Military, un reloj clásico de los años 90. Con su característico bisel rojo y diseño funcional, este modelo tiene una larga historia de uso dentro de cuerpos de seguridad y servicios públicos, lo que guarda un interesante paralelismo con la tradición de la Guardia Suiza en el Vaticano.