Enfrentar una histerectomía que consiste en la extirpación del útero (matriz) y además de la extirpación de los ovarios (oforectomía) puede cambiar tu vida de manera significativa.
Existen muchas razones por las cuáles una mujer puede necesitar una extirpación de la matriz, por ejemplo: tumoraciones, miomas que provocan sangrados incontrolables, dolor crónico de la pelvis, endometriosis, deslizamiento uterino provocado por prolapso, entre otras. Todo esto involucra a un proceso emocionalmente desafiante y que marca el inicio de un nuevo capítulo en la vida de la mujer posterior a la histerectomía.
Después de la cirugía, es fundamental aprender autocuidado. Es importante tener una atención médica personalizada, un estilo de vida saludable, educación de salud continua y mucha determinación.
“MATRIZ QUE NO DA HIJOS, DA CÁNCER”
Ésta es una expresión demasiado común en los servicios de salud, pero no es necesariamente precisa.
Aún en el caso de que hayas tenido hijos, pases de los 40 años y creas que la matriz solamente está ahí para darte problemas o generar un cáncer, las únicas indicaciones que justifican la cirugía son: tumores cancerígenos o fibromas, cáncer de útero o lesiones que puedan desarrollar cáncer.
Nadie debe pensar que son órganos desechables y que podemos prescindir de ellos a capricho nuestro. Incluso un buen ginecólogo determinará conservar los ovarios para mantener los niveles hormonales adecuados para tu organismo.